Como ya hemos anunciado en este espacio anteriormente, además del juego y los casinos, también soy un gran aficionado de la tecnología, por lo que me gusta enfocar algunos posts hacia este sector. No hace demasiado desde que Elon Musk anunció que tenía en mente el proyecto de comercializar un robot humanoide cuya finalidad fuese ayudar a los humanos con sus tareas más tediosas y cotidianas. Un proyecto a largo plazo, sí, pero un proyecto realizable.
Evidentemente, si visualizamos mentalmente al clásico androide de protocolo de “la Guerra de las Galaxias”, C-3PO, parece una idea fantástica y divertida, pero si recordamos la libre adaptación de “Yo, robot” al cine protagonizada por Will Smith, la cosa cambia. En la ciencia ficción siempre se ha fantaseado con la idea de un robot humanoide que bien sirva de compañero de aventuras o de inteligencia artificial que quiere exterminar la raza humana, como es el caso también de “Terminator”. Pues bien, parece que la tecnología actual está avanzando en la misma dirección, aunque probablemente restándole dramatismo a la idea.
La idea de Musk, va más encaminada a que el “Tesla Bot” realice tareas repetitivas y manuales como ir al supermercado, aspirar la casa o recoger la mesa. Si bien es cierto que la iniciativa puede estar bien enfocada, las redes sociales no tardaron en presentar memes sobre el posible y futurista complemento del hogar. Desde mi punto de vista, es cierto que el diseño se asemeja más al de “Yo, robot” que al de “Star Wars”, creo que no me gustaría encontrarme con un “Tesla Bot” a oscuras en el salón de mi casa. La cabeza y los hombros son negros, carentes de rostro y el cuerpo blanco inmaculado replica a la perfección la figura de un hombre esbelto, con la marca Tesla impresa en el pecho.
A pesar de la impresión que pueda dar en las fotos, se prevé que tan solo llegue a medir 1,5 metros y que vaya a pesar en torno a los 55 kg. Su inteligencia artificial incorporaría la tecnología desarrollada en los automóviles gracias a la cual podría planificar y llevar a cabo rutas con completa autonomía.
¿Tiene sentido llevarse las manos a la cabeza y temer por nuestra especie?
A priori, las obras de ciencia ficción distópicas no son más que eso: ficción. Bien es cierto que existe el dicho de que la realidad siempre la supera, pero siendo realistas este proyecto puede tener sentido al margen de la teatralidad. Al fin y al cabo, toda nuestra sociedad ha sido construida por humanos y para los humanos. Según la estrategia comercial de Elon Musk, el desarrollo de las tecnologías más avanzadas va a tener que mimetizarse con nuestro mundo y aprender a navegar por él de la misma forma que lo hacemos nosotros.
Esta estrategia implica un futuro en el que los seres humanos convivamos con la tecnología de forma natural. La llegada de los smartphones ya supuso un cambio crucial en la vida que conocíamos la mayoría de nosotros. Hoy en día, el internet y nuestro smartphone son parte de nosotros, podríamos decir de forma bastante justificada que nuestra generación es la primera generación “cíborg”.
Evidentemente, no podemos predecir el futuro y no es seguro que es versión tan futurista esté tan cerca como lo hacen sentir este tipo de iniciativas. Sin embargo, como investigador del desarrollo e implementación de las tecnologías emergentes, Elon Musk tiene la responsabilidad de soñar con un futuro lejano e intentar alcanzarlo lo antes posible. Yo, por mi parte, entiendo las preocupaciones y temores especulativos que pueden suponer estos proyectos, pero prefiero que se investiguen.
El hecho de poder hacerlo, no implica que debamos hacerlo
Otro debate que se ha abierto tras este tipo de iniciativas de Musk, pone en conflicto la necesidad real y el alarde y la arrogancia. Al fin y al cabo, para llevar a cabo este tipo de proyectos es necesario mucho dinero que se podría estar invirtiendo en necesidades que quizá sean más acuciantes para el ser humano.
Dicho esto, yo opino que los planes que hay en mente de este señor son serios, están basados en probabilidades reales y crea debates interesantes. La tecnología de piloto automático de Tesla, también ha generado cierta polémica, aunque quizá resulte más inofensiva aplicada al Tesla Bot. Esto se debe a que los cálculos erróneos en vehículos probablemente deriven en un accidente mortal. A favor hay que decir que los errores de cálculo humano también son frecuentes, probablemente más, pero el hecho de que no haya sido un error humano el que se lleve una vida, es mucho más perturbador.
El mayor problema, evidentemente es el conflicto que supone la circulación de vehículos con piloto automático cuando a la vez también existen conductores humanos. Nosotros podemos no tener comportamientos predecibles, pero no cabe en la cabeza de nadie un mundo en el que no podamos conducir nuestro propio coche.
En cualquier caso, todavía queda bastante tiempo hasta que los Tesla Bots se encuentren entre los electrodomésticos habituales de cualquier hogar, así que la tecnología de autoconducción todavía puede desarrollarse más.